Me encanta
el sonido sordo
de los termómetros
que cambian
y el
verano turbio que huele a primavera
y la
paciencia sodomita del que,
sin
saberlo, espera.
La prisa
come de la mano de la desidia
cuando
pierdes las ganas sin ton ni son
y te cohíbe
la vergüenza de exponerte al rechazo,
pese a
que ese sea tu mayor encanto también.
Vamos,
que estoy ebria de vida,
de
noches, de cuerpos, de derroches
y
sedienta de otra certeza más
que me
quite la vergüenza
que
tanto me mortifica.
En palabras
de Benedetti:
“O sea
resumiendo
estoy jodido
y radiante
quizá más lo primero
que lo segundo
y también
viceversa.”
resumiendo
estoy jodido
y radiante
quizá más lo primero
que lo segundo
y también
viceversa.”
Tan acertada como siempre srta.
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