Ya me cansé de huir, de correr;
la erosión me quema las plantas de los pies
por vivir al fuego, por ir de cuerpo en cuerpo
por que no se trataba de contar kilómetros.
Dicen que el que corta sus raíces
nunca puede dejar de moverse;
yo pensaba que hablaba de mi casa
y resulta que hablaba de tu cuerpo,
ese lugar utópico que tanto me obsesionó
al que ya no puedo volver.
Y ahora busco el sitio
en el que dar el salto cualitativo
entre el sexo y el amor,
ya que tras muchas noches descubrí
que los saltos cuantitativos no borran
cicatrices.
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