I
La realidad está condicionada por
tus palabras. La tuya también.
En las relaciones los discursos
que se construyen sobre el universo lo deforman y todo lo que queda fuera de nosotras
es inexistente, incomprensible. El uso que hacemos de las palabras es tan
íntimo, tan mutuo que ya son nuestras.
Las relaciones se rompen, las
palabras se convierten en sal.
Lo que quedaba fuera ahora tiene
un lugar
en otro lugar
antes inaccesible.
Por inercia o voluntad de
supervivencia, nos adaptamos; cambia el discurso, se pierden las deidades, para
que la rutina tenga sentido cuando tu no estés, una utopía inasible de
antemano.
En un día de sinceridad
con uno mismo
te ves al borde del fin del mundo
conocido, dos discursos que cambian y fluctúan, un tercero que te sube la
marea. Tres momentos simultáneos donde el yo es un presente que siempre intenta
pasar desapercibido y no mirar para atrás. Y eres irreconciliable, ella nunca existió. Sabes que no volverás a ser ahora ni antes, que te olvidarás y que la tierra
jamás fue plana.
Sonríe, que te vas a echar de
menos.
Si me dijeras que fuera a abrazarte
bajaría a cualquier infierno a por ti.
ResponderEliminarTe deslizas en la cama
De leche helada tus hermanas las flores
Y tus hermanos los frutos
Por el rodeo de sus estaciones
En la aguja iridisada
En la cadera que se repite
Tus manos tus ojos y tus cabellos
Se abren a los crecimientos nuevos
Perpetuos
Espera espera espera
Que vas a sonreírte
Por primera vez
Espera
Que vas a sonreírte
Para siempre
Sin pensar en morir.
Eluard
Sintética sublimidad, as usual @_<3
ResponderEliminarHmmm, he estado pensando que sería más bien sinteticidad sublimada, ¿no? Y ya me callo :33
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