domingo, 22 de septiembre de 2013

A Macorina.

Existe en el amor un elemento humanizador; está en el momento preciso en el que el tacto se sobrepone a todas las demás percepciones. La experiencia liberadora de la razón ante el contacto físico, de una sencillez que se impone en cualquier acto afectivo en el momento efectivo en que estás solo ahí.


Luego, decantamos el amor a partir del filtro de la razón y le otorgamos mil nombres a favor de olvidar ese instante de debilidad. 

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