Trato de escribir sobre el tiempo, el que
pasa, el que queda, el que fue. La nostalgia es un sentimiento demasiado
complicado, las unidades de medida también lo son, y no hay forma de
conmensurar lo primero con lo segundo. Medir la extrañeza de la ausencia es
casi imposible. Los recuerdos que se desgastan a base de revivirlos buscando
una respuesta o una sonrisa más lejanas de lo normal. Mirar para atrás implica tensar
los músculos del cuello cuando se trata de seguir adelante; luego, la ficción de
forzar el campo visual, de agudizar el oído buscando un acento para poder tener
la vista al frente y la cabeza en cualquier lado.
Algún día seré una señora canosa, con la
vista demasiado cansada que se guiará a tiendas por la vida, con unas manos
deformadas por la artrosis y, con suerte, por el exceso de amor. Mientras,
anoche, siempre, todavía, el tiempo seguirá pasando.
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