Los poderes
de la humanidad son insondables. Construimos y destruimos de acuerdo a nuestras
necesidades o a nuestros deseos, puentes, máquinas, palabras; unimos,
inventamos, definimos. Y, en lo más esencial, seguimos sin saber qué sucede.
He empezado
a oscilar violentamente. Mi frecuencia natural ha coincidido con la tuya y así
los vórtices han generado esta resonancia. No es dramático, no deja de ser
bonito, pero, en cualquier caso, es fruto de la naturaleza.
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