sábado, 25 de mayo de 2013

Aorta


Los cambios de tiempo me abruman,
como una adicta a la nostalgia que no se decanta
entre un pasado o un futuro al que recordar.

La memoria histórica que impone los sucesos,
se revela contra los propios recuerdos que se desbordan.
Vives cada instante como un momento preciso que no quieres olvidar
y pierden encanto cuando los pones todos en el rango de mayor prioridad.

Si tuviera que elegir,
si la vida constara de x situaciones
y el resto fueran desechadas
al exilio de la conciencia
siempre acabaría quedándome con todo lo que no pasó.

Llevo una huella dactilar de un índice
entre mi mentón y mi cuello, tatuada,
tan solo unos cuantos centímetros de mi hombro
donde reproduje la constelación de sus lunares;
su nombre, que sigue llenándome la boca con ecos
lo tengo deconstruido por partes en cada una de mis extremidades,
para ver si alguna de ellas me lleva hasta ella,
valga la redundancia, y valga la espera. 

1 comentario:

  1. "La Vida líquida. Quizás un modo más adecuado de narrar esa vida sea contando una historia de finales sucesivos." Bauman

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