Los cambios de tiempo me abruman,
como una adicta a la nostalgia que
no se decanta
entre un pasado o un futuro al que
recordar.
La memoria histórica que impone
los sucesos,
se revela contra los propios
recuerdos que se desbordan.
Vives cada instante como un
momento preciso que no quieres olvidar
y pierden encanto cuando los pones
todos en el rango de mayor prioridad.
Si tuviera que elegir,
si la vida constara de x
situaciones
y el resto fueran desechadas
al exilio de la conciencia
siempre acabaría quedándome con
todo lo que no pasó.
Llevo una huella dactilar de un
índice
entre mi mentón y mi cuello,
tatuada,
tan solo unos cuantos centímetros
de mi hombro
donde reproduje la constelación de
sus lunares;
su nombre, que sigue llenándome la
boca con ecos
lo tengo deconstruido por partes
en cada una de mis extremidades,
para ver si alguna de ellas me
lleva hasta ella,
valga la redundancia, y valga la
espera.
"La Vida líquida. Quizás un modo más adecuado de narrar esa vida sea contando una historia de finales sucesivos." Bauman
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