sábado, 20 de abril de 2013

Alea jacta est


Propongo una tregua a la razón
porque en el fondo somos tan griegos
y soy tan desnuda feliz.

Ebria y febril,
en edad fértil
y sin más simiente que algunas musas.

Se busca que me conquiste una bruja
para aprehender un nuevo sabor de la saliva
que sea la salvia que alivie la sal de mis heridas.

Que si hay versos que leer… sean los suyos
mientras yo me deleito en los pliegues de su peplo
y si acaso hay un mapa
que esté tatuado en su espalda
a la que previamente fui invitada a perderme
sin mástil ni proa

Se ofrece recompensa a la mujer que desalee metales
y que funda las llaves de esta caja de Pandora,
donde escondo más pecados de los que creo recordar.

Todo esto tiene poco o ningún sentido pero es que vestidos
¿quiénes pueden naufragar?

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