La mayor parte de las veces solo nos vemos a
nosotros mismos en el preciso momento en el que dejamos de mirar.
La naturalidad,
una contradicción en toda regla.
A veces es necesario llegar hasta el Tártaro,
sortear a los Cancerberos, para ver la verdad más abrumadora. La existencia
humana es la síntesis perfecta entre la humanidad y la mortalidad, la segunda
inscrita en la primera, con la conclusión certera de que volveríamos a pecar.
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