lunes, 10 de diciembre de 2012

Parcamente


Esta noche te confesaré
que me he perdido en más cuerpos
de los que reconozco y que,
pese a la vergüenza,
la pereza
y la desidia,
los recuerdo mejor de lo que pueda aparentar.

No es digno de ningún amante olvidar el cuerpo amado,
al margen del tiempo que le dedicó,
y los lunares son una debilidad de cualquier mujer
con sangre de loba.

Esta noche te diré
que me fijo más de lo que parece
en todas las cosas que no dices
y te contaré que si hay una época difícil
es esta que nos ha tocado.

Esta noche convocaré a las Moiras
para que confabulen con el universo
y que nuestro destino quede escrito en algo tan fútil
como los hilos de tu pelo.

Esta noche que ya esclarece
parece prometer un mañana un tanto incierto,
porque el futuro se deshace en el karma de tantos pecados.

Queda, para mañana
la mirada que se me escapó en tu batir de pestañas,
todas las veces que rozamos nuestras manos,
el campo magnético que generamos cuando nos miramos
y la capacidad de parar el tiempo si estoy a tu lado.

Ahora,
hoy,
solo espero acabar con todos los puntos suspensivos
y que entre punto y punto,
en medio del espacio de los universos infinitos,
quepa la vida que,
tácitamente,
te estoy prometiendo. 

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