Creo
que he perdido algo,
que me
he hecho de piedra,
inaccesible,
imperceptible.
Creo
que me ha paralizado el miedo,
que me
ha consumido el tiempo
que me
extravié buscando un tesoro que no era mío
un Pigmalión
llamado Eva.
Dudo
que haya marcha atrás
o que
sea la ruta más óptima para salir de este laberinto,
en el
que Ariadna me dio la bobina sin hilo
y salió
corriendo.
Pienso
que todavía hay demasiadas cosas
que
dhuelen.
Quizás
este sea el último momento de volver a empezar,
ahora
que todos los poemas
y este último,
hablan
de ti.
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