Principio de razón suficiente
Hice un alto al fuego,
porque parece que el miedo deja de seguirme cuando
ya no tengo nada que perder,
y habiendo deshechado cualquier esperanza,
te encontré una noche como otra.
Podría hablar de las fuerzas insondables del destino,
del magnetismo de las mareas,
de cartas astrales
y de casualidades,
pero esta vez me remitiré
únicamente
a mi voluntad.
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