Empiezo a tener canas
Se ve que “las nieves del tiempo platean mi sien”
y si no fuera por genética me asustaría.
Imagina que ya no tenemos toda la vida,
que cada paso es más pasado
y te pesan las palabras.
Imagina sentir que has probado,
olido, mirado
más amaneceres de los que crees recordar.
Y que no te cuadran, que te faltan noches
para tantas madrugadas
huyendo de la soledad.
O aún peor,
que ya no tienes ganas, que ya no tienes fe.
Ahora, piensa en la distancia más corta que se te ocurra;
en el no espacio, un no lugar.
Supón que estamos tan dentro una de otra,
que no hay nada más antagónico
que tú y yo siendo cosas distintas.
A mil seiscientos kilómetros
toda la potencia del agua concentrada
en conducir mi electricidad.
Para que no la haya, para que no la sientas
y no imagines que no tenemos toda la vida por delante
y todo el mundo por caminar.
Nuestra alquimia etimológica,
razón de una existencia
que no sabemos explicar.
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