miércoles, 8 de agosto de 2012

Noche polar


Yo no quiero tener sexo,
despertarme por la mañana,
vestirme despacio
como quien recorre el camino de la vergüenza
después de haber recorrido un cuerpo que no le pertenecía,
ni en el ahora
ni el momento exacto en que se recorrió.

Yo quiero un bucle de pasión,
de perder el sentido sin saber en que día vivo
y despertar, desorientada,
preguntándome el año, 
mi nombre, 
tu cuerpo, 
la cama.

Y que cuando empiece a retomar el contacto con el mundo,
a dar respuesta a esas cuestiones
me vuelvas a empotrar en la misma cama,
o en cualquier sitio,
sin saber dónde quedaron las sábanas
en una noche más larga que un día.

Pero nos ha tocado una época difícil,
como casi todas las épocas,
y el delirio y el éxtasis quedan
para otros, para otro momento.

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